Bilbao se sumó al Grito de Mujer 2025 con un emotivo recital poético en defensa de las niñas víctimas de matrimonio infantil
El pasado lunes 31 de marzo de 2025, Bilbao alzó su voz como parte del 15º Festival Internacional de Poesía y Arte Grito de Mujer, bajo el lema “No es un juego”, en homenaje a las niñas que son forzadas al matrimonio a temprana edad. El evento, coordinado por Idoia Carramiñana y Adirane Azcuneaga, se celebró por primera vez en un lunes, aprovechando el cierre simbólico del mes de marzo, mes internacionalmente dedicado a la mujer.
A diferencia de ediciones anteriores, el Grito de Mujer Bilbao 2025 abandonó su tradicional sede en Harilka (calle Cortes) para trasladarse al corazón de la ciudad, a un espacio con un significado muy especial: la librería LIBU, ubicada en la calle Carnicería Vieja 7. Este acogedor lugar forma parte del proyecto social y comunitario de Zubietxe, dedicado a trabajar con personas en situación de vulnerabilidad y exclusión social.
A pesar de encontrarse en pleno proceso de mudanza, LIBU abrió por primera vez sus puertas para recibir este evento, convirtiéndose así en el primer acto cultural celebrado entre sus nuevas paredes, que acogieron con calidez a todas las personas asistentes.
El encuentro comenzó con una breve presentación del festival y su causa, para dar paso a un emotivo recital poético protagonizado por destacadas voces femeninas de Bilbao: Andrea Uña, Aurora Royo, Carmen Martínez, Fely del Fresno, Idoia Carramiñana, M´angel Manovell, Manoli López, Mariasun Garcia, Miren E. Palacios y Yeri Porrua.
Uno de los momentos más conmovedores de la tarde llegó con los testimonios en primera persona de Belinda Teixeira, originaria de Angola, e Ibtissam Theeb, de Yemen, quienes compartieron sus vivencias sobre la realidad del matrimonio infantil en sus países de origen. Su participación fue posible gracias a la invitación de Carmen Martínez, y sus palabras dejaron una profunda huella en el público.
El evento también incorporó un gesto simbólico de enorme carga emocional: un ritual colectivo en el que se trocearon telas similares a las que suelen vestir a las niñas en las bodas forzadas. En esos retales, las y los asistentes escribieron mensajes de esperanza, lucha y libertad, que luego fueron colgados en una percha, aún visible en el espacio de LIBU, como símbolo de resistencia y deseo de un futuro mejor para todas las niñas del mundo.
Como broche final, el acto concluyó con lo que ya se ha convertido en la seña de identidad de Grito de Mujer en Bilbao: un emotivo gesto colectivo en el que todas las personas presentes entrelazaron sus manos y lanzaron al unísono un grito cargado de fuerza y solidaridad: ¡Grito de Mujer!
Una vez más, Bilbao demostró que la poesía, la memoria, el arte y la palabra siguen siendo poderosas herramientas de denuncia, de unión y de esperanza.
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