El Viernes, 1 de marzo 2013, a las ocho de la tarde
en Valencia la “Regadera” tuvo olor a grito: ríos de poetas (hombres y mujeres)
acudieron con su indignación hecha verso frente a la barbarie cotidiana hecha
norma, cuando lo normal debería ser el respeto. Y uno tras otro se suceden los
pasos, las emociones, uno a uno caen los poemas en el barrio del Canyamelar, en
la ciudad de Valencia, donde Grito de
Mujer ha sembrado su semilla.
Beatrice Borgia coordinadora del evento presentó el
acto recordando a todas y cada una de las mujeres muertas a manos de sus
parejas, ex-parejas o algún familiar directo de sexo masculino a lo largo del
2013 en España. Se guarda un minuto de silencio por ellas, que ya no tienen
minutos ni risas, minutos que saben a poco o nada, concienciándonos de cada
expresión con tufo machista o esos gestos amparados en el amor cuando el amor
perece.
Allí estuvieron representantes de varios grupos
poéticos de la ciudad y alrededores: Carpe Diem, La Regadera, Torrent de
Paraules, L'Eliana, Arrimando... esa tarde los versos fueron clamores
hechos mujer, imposible nombrar a cada participante aunque se saben nombrados y
reconocidos en esta gran familia que sabe guardar los rencores o desavenencias
frente a un bien común, una causa unánime, ese grito colectivo contra todo tipo
de violencia hacia las mujeres.
“Gracias,
de corazón, muchísimas gracias por no mirar hacia otro lado, regando de poemas
este tercer Grito de Mujer desde Valencia”. Agradeció Beatrice Borgia.
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